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RICARDO MORALES A


A 35 AÑOS DEL ASESINATO DE RICARDO MORALES AVILÉS

-Por Kenneth J. Chávez*-

 

 

Este 18 de Septiembre estuvimos conmemorando los 35 años del deceso de Ricardo Morales Avilés. Pero, ¿quién es éste destacado personaje de la historia nicaragüense? acaso… ¿podríamos clasificarlo –como muchos historiadores han habituado- en una o varias casillas titulares? Porque, no sería vano trazar un ligero currículum vítae para tratar de comprender la gesta heroica de éste gran pensador.

Es preciso dar un tratamiento a la historia en correspondencia al contexto pre-revolucionario que se gestaba en 1968; el FSLN comenzaba a tomar fuerza, como partido, como movimiento opositor a la dictadura somocista, y, es a partir de este gran desarrollo político-social que el pueblo nicaragüense comienza a tener sus nuevas inquietudes de liberación.

Torturas físicas y psicológicas 

Durante los años 1968-1971 Ricardo es torturado de la forma más cruel y, por supuesto, la Guardia Nacional (GN) buscaba cómo “sacar la verdad”. Eh aquí de donde proviene el humanismo y sacrificio de Morales, éste nunca reveló, a pesar de los atroces castigos que le infligían los esbirros de la GN, las estrategias político-militares de sus hermanos en la montaña. Según advierten algunos de sus testigos y ahora vueltos historiadores de lo vivido, Ricardo se resistía a descorrer el velo de la incipiente revolución y, a pesar del suplicio y las golpizas, sus únicas palabras eran: “Soy revolucionario, militante del Frente Sandinista de Liberación Nacional”.

Los años de cautiverio, tormentos físicos y psicológicos vividos por Ricardo en aquella difícil época, son los que ‘dolidamente’ inyectaron sangre a la vena intelectual y revolucionaria del partido. Durante este periodo carcelario RMA se ocupó con urgente conciencia a escribir sus principales pensamientos:

“Ahora estoy aquí. Prisionero porque lucho por una causa justa. ¿Cuál será mi destino? Lo importante es que estamos aliados del pueblo y que estamos haciendo su historia”.

“¿Que la guerra revolucionaria es dolorosa? Pero si nuestra revolución es azúcar. Es dulce para endulzar el trago más amargo de la historia”.     

El Marxismo:  el arma más poderosa

Ricardo Morales ha sido mal comprendido, como ahora muchos mal comprendemos los principios ideológicos del General de hombres libres, Agusto César Sandino. La formación de RMA trasciende de lo meramente político. Su cosmovisión humanística se teje a partir de los planteamientos teóricos del marxismo. No es de extrañar que sus métodos de enseñanza como elementos claves en la lucha contra la dictadura, no hayan sido solamente teóricos; sus pensamientos fueron materializados en la práctica, fruto de ello fueron sus sufrimientos al realizar prácticas conspirativas a favor del FSLN. Durante su estadía en la cárcel hizo manifiesto que la peor tortura era estar encerrado y no vincularse libremente con los clandestinos grupos revolucionarios; la monotonía era el peor castigo, y quizá, el más doloroso de todos: “Un mes. Lo que pesa es este aislamiento y esta inactividad monótona. La lucha ha de tener salida en esta situación”.

De su concepción filosófica se nutrieron los revolucionarios de la época, en realidad, Ricardo era toda una escuela para los hombres, mujeres y niños que arriesgaban la vida en medio del peor de los escenarios bélicos que ha sufrido Nicaragua. Su vinculación personal con los postulados marxistas-leninistas definieron su rol como crítico y educador (desde las cárceles de La Aviación); revelando, como diría CMR: separando lo verdadero de lo falso. Para muestra el siguiente acápite:

“No basta autotitularse marxista-leninista para serlo, para ser revolucionario, ni basta tampoco llamarse socialistas o comunistas. Hay que demostrarlo en la lucha. La praxis política es el criterio de la verdad de los planteamientos políticos”.

Y en relación a aquellos grupos que de repente salían a la palestra pública tergiversando la revolución y autodenominándose marxistas-leninistas (que eran muchos y que estaban muy de moda), RMA denunciaba:

“Seguiremos llamando y denunciando como claudicantes a los partidos que dicen llamarse marxistas-leninistas, socialistas o comunistas, pero que en la práctica no pasan de ser el ala más radical del reformismo democrático burgués. Denunciaremos siempre las traiciones que se hagan al marxismo-leninismo y a los intereses del pueblo. El marxismo-leninismo es el arma más poderosa con que cuentan los revolucionarios.”     

El carácter firme y nacionalista de RMA trasciende por su aprehensión consecutiva de los ideales de Agusto C. Sandino; no obstante, su aprendizaje se enfoca, como ya he mencionado, en la praxis social de un contexto diferente. Durante 1963-1966 desarrolla la escuela de avanzada antiimperialista, organizando células de estudio sobre formación política e historia nicaragüense.

No es difícil especular qué actuación tendría ahora el frente estudiantil con un maestro de la talla de RMA; y no resulta vaga la comparación puesto que Ricardo siempre estuvo al frente liderando y orientando la conciencia revolucionaria estudiantil de nuestro país. Para muestra el siguiente llamamiento:

“A los estudiantes y a los intelectuales, debido a su procedencia de clase que les permite el acceso a la cultura, y a cierto entrenamiento de la formación de hábitos de estudios y de adquisición del conocimiento, se les facilita la comprensión teórica de las ciencias sociales e históricas. Pero, también, en esas ventajas para llegar a la cultura está su debilidad, porque al desligarse de la práctica de la producción económica y de la práctica histórica, la asimilación cultural queda trunca, incompleta, por su alejamiento abstracto del trabajo. Es una de las formas de las relaciones entre la práctica y la teoría. De aquí la necesidad de que se integren al ejército de los trabajadores, quienes por su situación objetiva se hallan mejor preparados que cualquier otra clase social para asimilar la ciencia del desarrollo histórico contemporáneo”.

Ricardo, Revolución y Poesía

Bien, pero detrás del gran filósofo, maestro, filántropo y altruista que fue Ricardo, tenemos, por antonomasia, al poeta solitario, al buen apreciador de la veta nerudiana y, consecuentemente, al poeta enamorado. En la mayoría de sus poemas es fácil identificar el acento vanguardista y los caracteres sorpresivos. Repasando de manera somera su libro: “No pararemos de andar jamás” nos topamos con poemas como: Soy ese amante solitario…// Doris María, camarada// Poema para los dolores de tu cuerpo// Carta mínima a mi mujer// Doris María, cuatro veces tu nombre// Me es necesario tu cuerpo// En esta soledad tengo tu sonrisa de desquite//, entre otros.

Tomando en cuenta este inventario de la poética de Ricardo, encontramos que, durante sus años de cautiverio, evoca a su amante lírica como un sujeto ‘pretexto’ para hilvanar su historia, para solapar su profundo apego con la causa política y revolucionaria de su tiempo. Doris María, esposa de RMA, es, en realidad, el máximo común en estos versos de amor político. En el poema Doris María, cuatro veces tu nombre, se advierte, de manera expedita, como en los poros de estos versos románticos también se aloja un claro sentimiento patriótico:

1

Doris María,

dame una sonrisa

y agitaré el mundo.

Dame una sonrisa más

y transformaré la historia

hasta hacer de la tierra habitáculo

digno de los hombres.      

 

Y en Poema para los dolores de tu cuerpo se asume la misma implicación:

 

 

Doris María,

las fieras no van a la selva

y la jauría de tantos gritos se agolpa en esos cuerpos

donde se descubren cuántas torturas se requieren

para alcanzar victorias.

 

En otros poemas como Nos-otros y Soy ese amante solitario…, se pone de manifiesto una honda preocupación de lo cronotópico-reflexivo, es decir, que el tiempo y el espacio se erigen como dos claves dispares de la razón humana; esta dualidad que, ha bien, se entromete abruptamente en los caminos filosóficos de los versos de Ricardo, no viene sino a confirmar la condición de un ser místico que se enfrenta a su propia conciencia y se somete radicalmente a una  revisión dialéctica: ¿De qué está hecha mi conciencia?/ De espacio-tiempo/ De movimiento/ De vida/ No tengo miedo al tiempo./ No hay crisis en mi conciencia.[Soy ese amante solitario….]. Y, de igual manera, en su poema Nos-otros, se descubre una contrastada intención de la otredad espacial que sólo encontramos en Alfonso Cortés: Qué importancia pueden tener el tiempo y el espacio./ La distancia entre uno y otro punto.

Otros tópicos recurrentes que son expuestos desde la tribuna literaria por Morales Avilés son, por mencionar algunos: la soledad, el hastío, la muerte, la antiburguesía y la guerra. Las tres primeras temáticas son el resultado de lo que podría denominarse –aludiendo al poeta romántico, Charles Baudelaire- el Spleen de la mazmorra. Su actitud de lucha está siempre contra y frente al imperio del norte, dicho de otra manera lo tenemos en su poema Cuando pierda sus cabellos la burguesía, un epígrafe extraído del pensamiento del filosofo alemán, Carlos Marx (1818-1883), y en donde se revela toda una utopía del socialismo:

Cuando llegue la aurora y pierda sus cabellos

la burguesía

¿me seguirás amando como lo haces ahora

y tendrás la misma luz que hoy tienen tus ojos?     

 

Ricardo tiene que valorarse desde diferentes perspectivas, pues no en menor grado debe estimarse la calidad de su prosa. Quizá es un criterio unificador –entre los historiadores- el decir que la prosa de Ricardo constituye todo un aparato escolástico para la formación de las huestes revolucionarias. Para su mejor comprensión necesitamos dar un vistazo crítico hacia la teoría de las masas, fundamentada por Marx y Engels, respectivamente. Entre los escritos de mayor trascendencia tenemos: En torno a Carta a un joven, de P.A.C // Sobre la militancia revolucionaria de los intelectuales // Charla al movimiento cristiano revolucionario // Papel de algunos grupos //, entre otros.

 

Los Héroes de Nandaime

 

Es meritorio mencionar que, junto a Ricardo, existen otros héroes nacionales que, de su mismo talante, también lucharon contra la dictadura somocista. Oscar Turcios, Juan José Quezada y Jonathan González, son los revolucionarios de cuna y que ahora se les conoce como Los Héroes de Nandaime, misma ciudad que vio luchar y morir torturado (terriblemente) por la guardia somocista a Ricardo Morales Avilés un 18 de Septiembre de 1973.

 

Para cerrar este artículo quiero dejar con ustedes, lectores de conciencia, el poema Carta mínima a mi mujer, una articulación de versos fatídicos que bien, en su conjunto, podrían ser considerados como un triste epitafio. ¡Que perviva por todos los tiempos  la filosofía, la práctica, el entusiasmo, y, sobre todo, la memoria de un altruista de generaciones! ¡Por siempre Ricardo! ¡Por siempre será tu revolución!

 

Carta mínima a mi mujer

 

Si me matan, quiero que sepan que he vivido

en lucha por la vida y por el hombre.

Un mundo de todos para todos.

 

Si me matan, una rosa roja

modelo de mi corazón

es el amor que te dejo.

 

Si me matan, es igual.

No veré el maíz a la orilla de todos los caminos

ni el rastro de ternura para los pies descalzos

pero sé que vendrá.

 

Si me matan, no importa

nuestra causa seguirá viviendo

otros la seguirán.

 

El porvenir es brillante.  

 

Ricardo Morales Avilés

[Cárcel de La Aviación, 1971]                  

 

       

 

                                                                                                            _____________________

            *El autor es miembro

del Grupo Literario EROS,

UNAN-Managua, RURMA.

Kennethcha2000@yahoo.com

 

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